El Paraguas fue testigo de una montaña rusa de emociones en el partido disputado contra el Valinox Novas de Pontevedra, correspondiente a la jornada 13. El equipo dirigido por Víctor Montesinos parecía destinado a una victoria cómoda tras una primera mitad impecable, pero el desenlace dejó un amargo sabor de boca. El marcador final, un empate in extremis, no refleja la superioridad inicial que se diluyó inexplicablemente tras el descanso.
La primera mitad fue un recital de intensidad y buen juego. Kilian Martínez estuvo inconmensurable bajo palos, neutralizando los ataques del rival con intervenciones de gran nivel. En ataque, Julián López de Mon lideró al equipo con maestría, tanto en la organización como en su eficacia goleadora. Con una ventaja de hasta seis goles y llegando con 4 al descanso, los aficionados confiaban en que la victoria estaba prácticamente asegurada.
Sin embargo, el guion cambió drásticamente en el segundo tiempo. En apenas unos minutos, los desajustes defensivos comenzaron a multiplicarse, los pases erráticos se convirtieron en una constante, y los lanzamientos se estrellaban contra la defensa rival o salían desviados. Valinox Novas no perdonó estas concesiones y logró darle la vuelta al marcador, poniéndose dos goles arriba cuando el reloj comenzaba a apremiar.
En los minutos finales, el equipo consiguió reaccionar para rescatar un punto, pero la sensación de frustración predominó al término del encuentro. Dilapidar una ventaja tan amplia dolió demasiado.
Ahora, la atención se centra en el próximo desafío, nada menos que frente al Id Energy Caserío, segundo clasificado. Será un partido muy duro, pero el equipo lo dará todo para mantenerse competitivo en una liga tan exigente.